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TOMATE DE ARBOL Cyphomandra betacea (Cav) Sendtn Ricardo Reyes Chilpa (Instituto de Ecología, Xalapa, México) y Olga Lucía Sanabria Diago (Universidad del Cauca, Popayán, Colombia) ETNOBOTANICA No. 2, Septiembre 1993
Cyphomandra betacea es la especie útil más importante del género, compuesto por cerca de 50 especies, perteneciente a la familia Solanaceae.
Se le conoce popularmente con el nombre de "Tomate de Arbol" aunque recibe otros nombres, tales como "tomate cimarrón, tomate extranjero, granadilla y contragallinazo" en Centroamérica, " berenjena y tomate de palo" en México, "tomate de monte, tomate silvestre, pepino de monte y gallinazo panga" en Colombia y Perú, "chilto, sima, tomate de lima" en Bolivia, "tomate chimango, tomateiro da serra" en Brasil y "Tamarillo" en Nueva Zelanda, país en donde ha sido introducido. Es un árbol o arbusto plunianual (3-4 años) con una altura entre 2-3 m, tallo único, hojas acorazonadas, subcarnosas, suavemente pubescentes por el envés. Sus frutos son bayas elípticas de 4-10 cm. de longitud y 3-5 cm. de ancho, de color rojo oscuro a naranja. El mesocarpio es de color amarillo crema a naranja de sabor ligeramente amargo, el mucílago que rodea las semillas es subácido y dulce, de color naranja a violeta. Originaria de los Andes, ésta especie se encuentra en huertos familiares desde el norte de la Argentina hasta el sureste de México y en las Antillas. Es una planta cultivada con la finalidad de aprovechar sus frutos comestibles. Se propaga por semilla, tallos y raíces, dando frutos a los 8-10 años. Necesita suelos fértiles, bien drenados y ambientes cálido-húmedos, entre 15- 20 grados centígrados. Resiste muy bien plagas y enfermedades, especialmente las virales. Anualmente se podan sus ramas y tronco para obtener un crecimiento vigoroso. De cada árbol se obtienen aproximadamente 20 kg. de fruto al año y en los campos comerciales de 15-17 ton./ha. En Nueva Zelandia, se cosechan cerca de 2000 ton. en cultivos de 1000-2000 acres. La forma de consumo del fruto de C. betacea varía según la región. En Colombia, se prepara como jugo o bebida refrescante macerada o licuada en agua o leche. Un uso muy común es su consumo como fruta fresca. En la zona indígena de Tierradentro (Cauca, Colombia), también se incorpora a la "mazamorra" de maíz y se prepara como dulce, cocinando los frutos con agua de panela o azúcar, siendo culturalmente considerada como una planta " fresca". En Nueva Zelandia se utiliza como verdura en ensaladas y platillos salados cocidos o incorporado a postres. En Colombia y Nueva Zelandia se han desarrollado varios cultivos, principalmente para incrementar su contenido de azúcares y fijar el color rojo al fruto. Por ejemplo, en los mercados de Popayán, Colombia, observamos dos variantes de "tomate de árbol": "injerto" y "común". Los frutos del "injerto" son mayores, más dulces y de color rojo más intenso, especialmente la pulpa, pero se prefiere consumir el "común" , de fruto más pequeño y de color amarillo, cuyo sabor es considerado ligeramente ácido. Los frutos de otras especies silvestres de Cyphomandra son consumidos por las poblaciones locales, siendo la más destacada C. hartweggi (Miers) Sendtn ex Walp. También se consideran comestibles: C. sibunduyensis Bohs, C. uniloba Rusby, C. diversifolia (Dun.) Bitt. , C. casana Child, C. fragans (Hook.) Sendtn., C. splendens Dun. En la medicina tradicional de Sur y Centroamérica, se emplean por lo menos siete especies de Cyphomandra, tres de ellas corresponden a especies comestibles: C. betacea, C. hartweggi y C. sibundoyensis. Se emplean comúnmente las hojas, con menor frecuencia los frutos y tallos. Los padecimientos a los cuales están dirigidas estas especies son: heridas y llagas, parásitos intestinales, afecciones de la garganta, dolores musculares, afecciones del hígado, gripe, afecciones cutáneas, diabetes, reumatismo, "fiebre intestinal", mordeduras de serpientes y erisipela. Los usos medicinales de C. betacea en Colombia y Ecuador están relacionados con las afecciones de garganta y gripe. El fruto o las hojas, previamente calentadas o soasadas, de aplican en forma tópica contra la inflamación de amígdalas o anginas especialmente. Para la gripe, se debe consumir el fruto fresco en ayunas. Se sabe que el fruto posee alto contenido de ácido ascórbico. Otra propiedad atribuida es como remedio de problemas hepáticos en Jamaica y Bolivia. Los estudios químicos del fruto fresco de C. betacea indican que es una fuente importante de beta-caroteno (pro vitamina A), vitamina B6, vitamina C (ácido ascórbico), vitamina E y Hierro. Su contenido de nitrógeno y aminoácidos libres es muy alto. También posee contenidos altos de potasio, magnesio, fósforo, así como de pectinas y carotenoides. Su contenido de carbohidratos es bajo, en promedio una fruta proporciona menos de 40 calorías. El fruto maduro contiene menos del 1% de almidón y 5% de azúcares -sacarosa, glucosa y fructosa. Otros componentes químicos responsables de la coloración del fruto son antocianinas, leucoantocianinas, flavonas y flavonoles. Se han reportado en C. betacea dos alcaloides esteroidales del tipo de los espirosolanos, solasodina y tomatidenol siendo los que mayor atención han recibido como fuentes alternativas de esteroides de interés farmacéutico. El Tomate de Árbol es un importante recurso andino tanto alimenticio como medicinal. Estudios futuros deberán atender su demanda como cultivo potencial comercial de gran aceptación, la investigación quimiotaxonómica y fitoquímica de interés farmacéutico, así como el fitomejoramiento de sus variantes de acuerdo a criterios de consumo como sabor, color y tamaño.
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