
Paulo Sodero
Texto escrito por Fabio Pedro S. de F. Bandeira con la colaboración de Iara Crepali y Roberto Romao, todos ellos profesores e investigadores del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universdade Estadual de Feira de Santana, Bahía, Brasil ETNOBOTANICA No. 8, JUNIO 1999
Paulo Sodero Martins, agrónomo brasileño nacido en el Estado de Sao Paulo y muerto hace poco mas de un año, representa una de las figuras más brillantes y cálidas de la botánica latinoamericana. Se graduó en la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiróz, de la Universidade de Sao Paulo (Esalq-USP), realizando allí sus estudios de maestría y doctorado en genética y mejoramiento de plantas, continuando después en Davis, California, dónde realizó estudios de doctorado en Ecología Evolutiva.
Las opiniones e impresiones que sus alumnos y colegas tienen de él, y que componen este escrito, revelan la personalidad impresionante, sensible, y carismática que Paulo Sordero imprimía en sus relaciones interpersonales. Su sentido del humor, su accesibilidad y su vasto conocimiento eran ingredientes que lo hacían una persona muy solicitada por colegas y alumnos. Sin embargo, esta personalidad contrastaba con una timidez e introversión que lo hacía un hombre dedicado y apegado a la tranquilidad familiar.
El defendía una ciencia humanista y la filosofía, la historia, la antropología, la arqueología eran fuertes ingredientes en la ecología y genética que el enseñaba. Paulo Sordero tenía una formación humanística amplia, que le permitían ir más allá de lo genético y lo ecológico, resaltando la importancia de la filosofía, la historia, la arqueología, usándolas en sus clases y en sus investigaciones como elementos importantes para la comprensión del fenómeno de la domesticación, fue de los profesores que comprendían el sentido moderno de la universidad como fue concebida en el siglo XIII en Europa, dónde eran inseparables las ideas de formación, reflexión, creación y crítica.
Sus clases impresionaban por la erudición. Era al mismo tiempo minucioso e integrador. Sabía el valor de la lectura, lo que dejaban a los alumnos locos una vez que debían leer un sinnúmero de artículos para la siguiente clase, pero aunado a esto además de que les cultivaba el espíritu crítico, la capacidad de relacionar eventos y conocimientos le encantaba una buena "pelea" temática. Su gran generosidad se refleja en la expresión de "padre de sus alumnos". Sin ser paternalista, Paulo Sodero ayudaba a todos. Su casa y su pequeña finca (que era un verdadero banco de germoplasma) eran una extensión literal de la escuela. Cálido y excelente anfitrión, los encuentros y reuniones en su casa eran siempre palco de discusiones sobre temas importantes relacionados con la evolución. Su entusiasmo por el trabajo se contagiaba, y llegó a formar muchos alumnos de varias regiones y estados brasileños.
El tema principal de sus estudios e investigaciones fue la evolución y domesticación de plantas en los trópicos, y sobre ello estaba logrando recientemente una síntesis muy interesante (publicación hecha por la Academia Brasileña de Ciencia). Estudió varias especies distintas con diferentes enfoques (Orquídea Stylonsanthes, mandioca, Manihot spp., Arroz, Cupuaçu Theobroma grandiflora, maíz, algunas leguminosas y sandía) siempre buscando más información para la comprensión del fenómeno de la domesticación y empeñándose cada vez más en hacer estudios etnobotánicos. El mayor proyecto de su vida, según él, era estudiar Manihot en el contexto de las comunidades caboclas (campesinos mestizos de Brasil). Botánico, ecólogo-genetista, etnobotánico parece ser esa una síntesis esquemática de la trayectoria académica de ese gran investigador. A la etnobotánica Paulo Sordero la consideraba como la disciplina integradora o ciencia síntesis, que podría contestar las preguntas fundamentales de sus estudios centrales de la domesticación de las plantas.
Antes de su muerte Paulo Sodero anhelaba, y emprendía todos los esfuerzos como consejero del CNPq, Conselho Nacional para o Desenvolvimento Científico e Tecnologico (el CONACYT de Brasil), y como miembro fundador y del Consejo Científico de la Sociedade Brasileira de Etnobiologia e Etnoecologia (SBEE), para dar legitimidad y reconocimiento a la etnobotánica y la etnoecología como una subárea del conocimiento en la estructura de esa máxima institución. Lo cual seguramente hubiera permitido un mayor desarrollo de esta disciplina científica en Brasil, con la posibilidad de concesiones de becas, y financiamientos de proyectos sin los obstáculos que hoy día enfrentan los etnobotánicos brasileños. Toca a las nuevas generaciones de investigadores etnobotánicos seguir su ejemplo.