Richard Evans Schultes
1915-2001


Basado en el artículo "Jungle Botanist" publicado por E.J. Khan Jr. en The New Yorker



El ultimo de los grandes exploradores botánicos dentro de la tradición Victoriana, Schultes fué un investigador de campo excepcional, un escritor prolífico y una suerte de héroe para sus estudiantes. En sus casi catorce años de trabajo en la Amazonia Colombiana, Schultes encontró y estudió una sorprendente variedad de alucinógenos los cuales tienen un importante potencial para la medicina. En sus mas de doce libros y cientos de artículos escritos, él recordó a sus lectores la existencia de un enorme número de especies de plantas y hongos las cuales tienen o han tenido alguna propiedad medicinal. A lo largo de su actividad como profesor en la Universidad de Harvard, Schultes formó a un número importante de especialistas al nivel internacional quienes han contribuido a consolidar una escuela schultesiana en botánica económica y etnobotánica. Su productiva y significativa labor científica le retribuyó una larga lista de premios y distinciones entre las que se incluyen el premio Alice Tyler en Ecología y Energía, el premio Charles A. Lindberg, el Doctorado en Ciencia de la Universidad de Farmacia de Massachusetts, el "Saludo a la Excelencia" de la Academia Americana de Logros así como los testimonios de reconocimiento de la Sociedad Botánica de Cuba y del World Wide Fund for Nature.
Schultes nació el 12 de Enero de 1915 en Boston, Massachusetts. Sus abuelos paternos emigraron de Prusia a los Estados Unidos hacia fines del siglo XIX y se establecieron en la ciudad de Boston. Se educó dentro del sistema de educación pública de Boston y sus estudios universitarios, incluyendo el Ph.D., los realizó en la Universidad de Harvard. Desde joven Schultes demostró dos talentos; su habilidad para los idiomas y su ojo taxonómico. Schultes estudió cuatro años de Alemán y Sueco. En la preparatoria estudió Francés y Griego. Después de sus estudios universitarios estudió Español, Portugués, Makuna y Witoto. El dominio de las cuatro últimas lenguas fue desde luego un instrumento muy importante en los muchos años de trabajo de campo que Schultes pasó en Sudamérica.
En cuanto a su "ojo taxonómico", sus amigos se preguntan si esta habilidad la empezó a manifestar Schultes desde la niñez cuando durante sus periódicas visitas a la granja de uno de sus tíos, dedicaba el tiempo a colectar y prensar hojas de plantas las cuales identificaba con una guía de flores que su tío le prestaba. De cualquier modo, esta cualidad es la que le permite a Schultes detectar de una sola mirada algo nuevo y diferente; alguna variación morfológica en una planta. Un colega botánico decía recientemente que "Dick Schultes es capaz de adentrarse en la selva y 'peinar' billones y billones de cosas que conoce y localizar algo diferente que capta inmediatamente su atención". Una vez Schultes y un colega y amigo, el toxicólogo sueco Bo Holmsted viajaban juntos en una avioneta cuando al despegar, ésta casi se estrelló contra unos árboles. Holmsted recuerda que mientras que el contenía el aliento presa del miedo, Schultes no solo se mostraba imperturbable sino feliz, pues mientras el avión daba tumbos el había divisado una nueva especie de Cecropia. Aunque no siempre en esta forma tan arriesgada, el ojo taxonómico de Schultes legó a la ciencia una larga lista de nuevas especies.
Dos personajes tuvieron un impacto profundo en la vida y la carrera de Schultes, Richard Spruce y Oaks Ames. Spruce, un botánico inglés quien dedicó catorce años de su vida a explorar la Amazonia bajo condiciones físicas extremadamente difíciles, fue siempre un modelo y una fuente de inspiración para Schultes. Como profesor, fue Oaks Ames, el conocido botánico económico de Harvard, quien orientó y alentó a Schultes en la investigación de plantas alucinógenas y de los aspectos económicos de la flora. Cuando todavía era un estudiante no graduado, Schultes quedo fascinado por un tratado sobre el peyote (Lophophora williamsii), la cactacea conocida como tóxico divino por los Indios norteamericanos. Schultes no solo obtuvo la aprobación de su profesor para hacer un estudio en compañia del después famoso antropólogo Weston La Barre, sino que inclusive recibió ayuda económica del bolsillo del propio Ames para realizar el trabajo de campo.
Motivado por la lectura de las crónicas de los conquistadores españoles del siglo XVI en las que se hacía referencia al teonanacatl, un hongo alucinógeno, Schultes realizó su investigación de doctorado sobre los aspectos económicos de la flora del noreste de Oaxaca, una provincia del sur de México con una alta concentración de población indígena y una rica flora. En sus exploraciones en Oaxaca, también dedicó especial atención al ololiuqui (Rivea corymbosa, Convolvulaceae), un bejuco que al igual que el peyote tiene también propiedades medicinales. De hecho dos de sus componentes son actualmente usados en la fabricación de medicinas de patente. Por otra parte sus investigaciones sobre los hongos alucinógenos de Oaxaca fueron tiempo después las precursoras de los mundialmente conocidos estudios farmacognóscicos sobre hongos y otros enteógenos realizados por Gordon Wasson y Albert Hoffman.
Fue después de su graduación en Harvard, cuando Schultes inició sus exploraciones en la Amazonia a donde fue comisionado para estudiar el curare, una substancia de propiedades adormecedoras en la que estaban interesados los cirujanos americanos desde que ésta había sido aislada en 1897 a partir del alcaloide d-tubocurarina, un relajante muscular el cual en la actualidad todavía se usa en procedimientos preoperatorios. Aunque otros botánicos sabían desde antes sobre las propiedades músculo-relajantes del curare, Schultes pronto descubrió que en realidad se trataba de un complejo el cual incluía tres docenas de curares de varias potencias los cuales era usados para cazar diferentes animales. De este modo sus primeras exploraciones dieron a conocer la existencia de mas 70 especies de plantas las cuales pueden usarse para hacer curare.

Poco tiempo después de iniciada su expedición en la Amazonia, los Estados Unidos entraron en la 2a Guerra Mundial. A raíz del avance Japonés en el sudeste Asiático, las fuentes de suministro de hule natural quedaron cortadas y el gobierno de los Estados Unidos en búsqueda de fuentes alternativas de esta materia prima, contrató a Schultes como explorador botánico para realizar un inventario de los árboles de hule a lo largo del río Apaporis. Después de una estancia de 7 meses continuos en el terreno, periodo en el cual no tuvo comunicación con el exterior e incluso fue dado por desaparecido, Schultes había colectado 3,500 especimenes de Hevea, había supervisado la recolección de tres toneladas de semilla esta planta, se había compenetrado con las nueve especies conocidas de este género, había colectado material de siete y había descubierto una nueva variedad la cual, por su morfología, resultaba muy apropiada para resistir los fuertes vientos del monzón de las regiones asiáticas productoras de hule. Para entonces Schultes se había convertido ya en el primer experto mundial en hule.
En la actualidad los problemas de salud de las tres cuartas partes de la humanidad aun son atendidos con plantas o con productos derivados de ellas. No es casual que Schultes haya mirado a la selva como el equivalente de la farmacia del vecindario. Como él lo mostró, incluso aquellas plantas proscritas como la mariguana, el peyote, la coca o la ayahuasca, tienen un importante potencial médico. Bajo este principio y con un equipo de campo mínimo (una muda de ropa, un sombrero. una hamaca, una cobija delgada. cámara y rollos fotográficos, libretas de notas, lápices, botiquín, formaldehido, periódicos, machete y tijeras), Schultes se adentró en la selva donde convivió por largas temporadas con diferentes poblaciones indígenas. Su atención se enfocó especialmente en la gran diversidad de plantas narcóticas de uso ritual. Su interés científico lo llevó a probar en sí mismo el efecto de los alucinógenos, pero siempre bajo la estricta supervisión del shaman o de alguna otra autoridad.
Con el tiempo y a partir de la divulgación de sus estudios y experiencias con plantas narcóticas Schultes se convirtió en una autoridad mundial en plantas alucinógenas. Desafortunadamente su pronunciado interés en la materia fue algunas veces interpretado erróneamente. Durante le década de los sesenta en medio del auge del uso de drogas entre los jóvenes norteamericanos algunas veces Schultes fue visto como contribuyendo al daño a la juventud. La librería de un Jardín Botánico se negó inclusive en un tiempo a exhibir y vender su libro "Plantas de los Dioses" a pesar de que en su introducción se aclara que éste no es una guía para el uso de las plantas alucinógenas.
En 1954 Schultes obtuvo un puesto de tiempo completo en Harvard como curador del orquidario establecido por Oaks Ames. En 1961 se hizo cargo del curso Biología 104, el famoso curso sobre plantas y asuntos humanos, el cual había sido impartido anteriormente por Oaks Ames y Paul Mangesldorf. En 1967 se convirtió en director del Museo de Botánica de Harvard y en 1970 fue finalmente nombrado profesor de la misma Universidad. Schultes fue un profesor estricto y generoso. Siempre fue pródigo con los estudiantes que buscaron sus enseñanzas por alguna razón, pero siempre desalentó a los simples curiosos. Mucho después de alcanzar el estatus que lo eximía de labores auxiliares de docencia en su Universidad, Schultes todavía ofrecía cursos de verano o inclusive clases nocturnas. Cuando alguien preguntó por que hacia esto, él respondió "Mi primera obligación es educar estudiantes y las clases nocturnas son para estudiantes quienes no pueden costear Harvard de tiempo completo". El profesor Schultes era una figura casi mítica en el campus universitario y eran muchos los estudiantes quienes le tenían un respeto que rayaba en la veneración. Como afirma Wade Davis, Schultes era para sus estudiantes un héroe en tiempos de pocos héroes. Entre los estudiantes que han seguido los pasos de Schultes se encuentran el propio Wade Davis y otros conocidos etnobotánicos a nivel internacional como Michael Balick, Mark Plotkin, Siri von Reis, Timothy Plowman, T.E. Lockwood, Doel Soejarto y Robert Bye. Retirado desde 1985, Schultes continuó su productiva labor escribiendo libros, artículos científicos y dictando conferencias alrededor todo el mundo.