Hagamos del gazapo una especie extinta

 
       
 
   
¿8 de enero de 2008 
u  8 de enero del 2008?
 
     
 

A partir del año 2000, debido a que quedaron atrás las fechas que contenían centenas, ha habido dudas con la forma en que se debe aludir a ese año y los siguientes. En cartas, oficios y otros documentos a veces vemos redactada la fecha como «8 de enero de 2008», y otras, como «8 de enero del 2008». Algunos creen que las dos formas son correctas, otros dicen que la primera forma es correcta y la segunda no, los demás afirman que la segunda forma es la correcta. ¿Quiénes tienen la razón? Para resolver esta cuestión lo importante es entender sus causas, pues se trata de un caso muy particular de controversia que en el fondo resulta interesante y ejemplar. Lo podremos analizar mejor explicando algunas nociones sobre numerales. Veamos.

   En gramática, se considera que los números casi siempre son adjetivos, los llamados adjetivos numerales. Éstos pueden ser cardinales, que siempre van antes del sustantivo, como cuando decimos «los veinte venados» (nunca decimos «los venados veinte»); u ordinales, que pueden ir antes o después del sustantivo, como «la vigésima muestra» o «la muestra vigésima».

   Los números se pueden escribir con letras o con cifras; suelen utilizarse letras para los cardinales, hasta el veinte y, a veces, también se aplica esto para los ordinales. La RAE considera diversas cantidades y situaciones para el uso de letras o cifras, la recomendación más general es usar palabras hasta el veintinueve, decenas, centenas y otros casos, que no vienen al caso). En cifras mayores los números cardinales suelen sustituir a los ordinales. Por ejemplo, en las series de nombres de monarcas y pontífices se aplica esto cuando se lee «el Papa Juan Pablo Segundo (II), el Papa Pío Doce (XII), el Papa Juan Veintitrés (XXIII)», sólo que aquí la sustitución es a partir del diez, como con el Papa Benedicto Dieciséis (XVI). Para referirse a los siglos, del I al X se usan indistintamente cardinales y ordinales (es más culto usar los segundos), pero del siglo XI en adelante, el uso general sólo admite los cardinales. En este mismo caso se encuentran particularmente los años, puesto que, desde la Edad Media, son cifras mucho mayores: el año milésimo noningentésimo quincuagésimo primero pasa a ser cardinal = mil novecientos cincuenta y uno y luego a cifra = 1951.

 
     
 
Y, aquí viene el meollo del asunto. Si estas cifras se trataran realmente como adjetivos numerales cardinales, sería obligatorio ponerlas antes del sustantivo año y, por concordancia, éste último en plural: mil novecientos cincuenta y un años o 1951 años. La situación se complica porque al escribir las fechas se acostumbra omitir el sustantivo año. Con esto se hace uso de un recurso gramatical llamado elipsis, que consiste en la supresión de un elemento en la oración sin menoscabo de su claridad, p. ej.: el número dos = el dos, el siglo XX = el XX, la página número cuatro = la cuatro, los años sesenta = los sesenta. Así que cuando leemos «8 de enero de 2008» la estructura del enunciado refuerza la apariencia de 2008 como adjetivo numeral cardinal. Pero, este tipo de adjetivos no puede ser introducido por la preposición de que se aplica para los adjetivos calificativos (p.ej.: «tiene fama de inteligente», «lo tildan de ignorante»), función que no es la de los cardinales. Por lo tanto, esta forma es incorrecta.
 
     
 
En la otra forma, «8 de enero del 2008», la l (que representa la contracción del artículo el) nos ayuda a recordar, en el caso particular de las fechas, que se suprimió el sustantivo año. Así que «8 de enero del 2008» = «8 de enero de el año 2008», y entonces sí es correcto que el adjetivo numeral ordinal 2008 vaya después del sustantivo año, omitido por elipsis pero recordado por el artículo contracto. Técnicamente definido, 2008 en el enunciado «8 de enero del 2008» es un adjetivo numeral cardinal que funciona como uno ordinal pues modifica al sustantivo antepuesto año, este último no escrito, sino tácito, supuesto o latente. Por lo que es gramaticalmente correcta la forma «8 de enero del 2008».
Sin embargo, aun cuando la RAE acepta que es gramaticalmente correcto usar el artículo (del 2008), considera que omitirlo (de 2008) no sólo es admisible, sino que debe ser la norma o regla recomendada para la datación de cartas y documentos “por ajustarse al uso general en español para la expresión de las fechas” y “por haberse consolidado en la práctica una fórmula establecida desde la Edad Media”. Se aplica aquí la ley del uso como prioritaria ante la gramática, lo que hace ejemplar este caso.
Para la redacción de fechas en crónicas, trabajos de historia o textos en general, es necesario, por supuesto, anteponer el artículo el (del) si se incluye explícitamente la palabra año «8 de enero del año 2008».
 
     
 
En cuanto al primer día de cada mes, algunos conductores de noticiarios en México han introducido recientemente la modalidad de usar el numeral cardinal «uno de diciembre» o «1 de diciembre», «uno de enero» o «1 de enero» para designarlo. Esto ha ocasionado críticas, pues los hispanohablantes de América empleamos, por costumbre, el ordinal «primero de diciembre» o « de diciembre», «primero de enero» o « de enero» y este regionalismo está plenamente reconocido por la RAE, aunque en España sea más normal el uso del cardinal.
 
       
     
       
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